La de ayer:
Ella en la bola de nieve
December 8th, 2010Hola superpandas,
Bueno, qué, ¿habéis pasado a recoger ya vuestro regalo? Hoy hay algo muy especial: una chimenea de parte de Kamin.
¡Genial! ¿Y dentro de los calcetines hay también mini chimeneas?
Claro que no, jaja. Yo esta mañana he vuelto a mirar y me había parecido que había algo. Y es que estaba helada en el iglú, ¡hacía mucho frío! Me he quedado congelada como un cubito de hielo…¡Brrr! No es de extrañar después de la tormenta de nieve que ha caído…
¿Una tormenta de nieve sin nieve?
Sí, es una historia bastante curiosa…¿La queréis oír? Pues veréis, esta mañana me he levantado super temprano para poder recoger mi regalo antes que ningún otro Panda (especialmente antes que el espabilado de Max ). Me he levantado a las 6, pero no había ningún Panda en el iglú ¡excepto yo! No he tenido más remedio que esperar hasta que llegara algún Panda. Así que he cogido una manta de piel y me he sentado delante de la chimenea a observar cómo los copos de nieve de la bola de nieve daban vueltas y caían. Pero ni rastro de ningún otro Panda. Como estaba tan aburrida, he empezado a contar los copos de nieve…1, 2, 3, 4, 5…34, 25…hasta confundir los números 66, 67, 87, 46…y me he quedado dormida. Cuando volví a abrir los ojos, sopló un viento congelado que me dejó el cuerpo y las manos heladas, y sentí gotas en mi cara…¡era nieve! Y toda mi ropa estaba cubierta de ella. Pegué un bote y me di con la cabeza contra un cristal…Me pregunté dónde estaba. Me froté los ojos y pestañeé porque no podía creerlo: ¡atrapada en la bola de nieve!
Sólo pensarlo, ya me estremezco del frío. Primero debo entrar en calor y ya os explicaré el viernes cómo acabó la cosa.
Ojito al parche
Ella y Max
La de hoy:
Bueno, qué, ¿habéis pasado a recoger ya vuestro regalo? Hoy hay algo muy especial: una chimenea de parte de Kamin.
¡Genial! ¿Y dentro de los calcetines hay también mini chimeneas?
Claro que no, jaja. Yo esta mañana he vuelto a mirar y me había parecido que había algo. Y es que estaba helada en el iglú, ¡hacía mucho frío! Me he quedado congelada como un cubito de hielo…¡Brrr! No es de extrañar después de la tormenta de nieve que ha caído…
¿Una tormenta de nieve sin nieve?
Sí, es una historia bastante curiosa…¿La queréis oír? Pues veréis, esta mañana me he levantado super temprano para poder recoger mi regalo antes que ningún otro Panda (especialmente antes que el espabilado de Max ). Me he levantado a las 6, pero no había ningún Panda en el iglú ¡excepto yo! No he tenido más remedio que esperar hasta que llegara algún Panda. Así que he cogido una manta de piel y me he sentado delante de la chimenea a observar cómo los copos de nieve de la bola de nieve daban vueltas y caían. Pero ni rastro de ningún otro Panda. Como estaba tan aburrida, he empezado a contar los copos de nieve…1, 2, 3, 4, 5…34, 25…hasta confundir los números 66, 67, 87, 46…y me he quedado dormida. Cuando volví a abrir los ojos, sopló un viento congelado que me dejó el cuerpo y las manos heladas, y sentí gotas en mi cara…¡era nieve! Y toda mi ropa estaba cubierta de ella. Pegué un bote y me di con la cabeza contra un cristal…Me pregunté dónde estaba. Me froté los ojos y pestañeé porque no podía creerlo: ¡atrapada en la bola de nieve!
Sólo pensarlo, ya me estremezco del frío. Primero debo entrar en calor y ya os explicaré el viernes cómo acabó la cosa.
Ojito al parche
Ella y Max
La de hoy:
¿Qué pasó en la bola de nieve?
December 10th, 2010Buenos días superpandas,
¿Habéis recogido vuestro regalo del iglú? Os vais a morir de la risa cuando veáis la decoración navideña que ha escondido esta vez Lili en los calcetines.
Voy en camino. Pero antes, ¿no quieres contarme lo que viviste en la bola de nieve?
Ah. sí, claro. Me levanté en el iglú, pero de repente todo cambió: Ya no estaba tocando con los pies en el suelo DELANTE de la bola de cristal con nieve, ¡sino que había ido a parar DENTRO de ella! ¡Parecía una lata de sardinas y hacía frío! Al respirar, empañé todo el cristal y no pude ver lo qué estaba ocurriendo. Los copos de nieve volaban dando vueltas dentro de la bola. En el suelo se estaba formando una capa de nieve cada vez más lata, y más, y más… El pánico se apoderó de mí, pero nadie me escuchaba. La capa de nieve me llegaba por las rodillas y ya no sentía ni las piernas ni los pies. Grité cuánto pude “¡Hoooooooolaaaaa!”, pero no sirvió de nada. Hubo un momento en el que la capa de nieve me llegó hasta la barriga. “¡Ayudaaaaaa! ¡Ayudaaaaaa!” grité al mismo tiempo que golpeaba el cristal…
Y en ese preciso instante llegué al iglú. Me quedé a cuadros al ver a Ella. Yacía dormida encima de su manta de piel, estaba peleando contra ella misma, como si estuviera en un ring de boxeo. Debo confesar que tuve algo de miedo a que me dejara un ojo morado, ya que, preferí no tocarla para no despertarla. Grité muy alto “¡ELLA!” Al parecer me escuchó, puesto que, se detuvo, abrió los ojos y me miró como si fuera un fantasma.
Bueno…a las pesadillas no hay que buscarles una explicación lógica, ¿no es así?
Ojito al parche
Ella y Max
¿Habéis recogido vuestro regalo del iglú? Os vais a morir de la risa cuando veáis la decoración navideña que ha escondido esta vez Lili en los calcetines.
Voy en camino. Pero antes, ¿no quieres contarme lo que viviste en la bola de nieve?
Ah. sí, claro. Me levanté en el iglú, pero de repente todo cambió: Ya no estaba tocando con los pies en el suelo DELANTE de la bola de cristal con nieve, ¡sino que había ido a parar DENTRO de ella! ¡Parecía una lata de sardinas y hacía frío! Al respirar, empañé todo el cristal y no pude ver lo qué estaba ocurriendo. Los copos de nieve volaban dando vueltas dentro de la bola. En el suelo se estaba formando una capa de nieve cada vez más lata, y más, y más… El pánico se apoderó de mí, pero nadie me escuchaba. La capa de nieve me llegaba por las rodillas y ya no sentía ni las piernas ni los pies. Grité cuánto pude “¡Hoooooooolaaaaa!”, pero no sirvió de nada. Hubo un momento en el que la capa de nieve me llegó hasta la barriga. “¡Ayudaaaaaa! ¡Ayudaaaaaa!” grité al mismo tiempo que golpeaba el cristal…
Y en ese preciso instante llegué al iglú. Me quedé a cuadros al ver a Ella. Yacía dormida encima de su manta de piel, estaba peleando contra ella misma, como si estuviera en un ring de boxeo. Debo confesar que tuve algo de miedo a que me dejara un ojo morado, ya que, preferí no tocarla para no despertarla. Grité muy alto “¡ELLA!” Al parecer me escuchó, puesto que, se detuvo, abrió los ojos y me miró como si fuera un fantasma.
Bueno…a las pesadillas no hay que buscarles una explicación lógica, ¿no es así?
Ojito al parche
Ella y Max
Besos!! Reportera Abacaxi
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hola! Acá podes escribir tu comentario pero ¡Recuerda no insultar y no decir groserias! =)
Atte: Reportera Abacaxi♥